LAS MEMORIAS / Exposiciones de Arte en Obra - Documentales y Ficticias

Por los senderos del Principito
Del 27 de Mayo al 09 de Junio 2017
Alberto Quiijano Vodniza


Tiene algún deseó que aún no se le ha cumplido? No pierda cuidado, sólo necesita hacer de la ocasión para tener dicha fortuna. 1- Intenté estar alerta a los párpados de sus Cercanos, puede ser que tengan una pestaña esperando le para otorgarle una oportunidad de verdad. 2 - Continúe estando alerta, ahora en el fuego de las velas al cumplir una nueva vuelta al sol, respiré profundamente y sople pensando en su gran deseó. 3 - No deje de estar alerta, mire el cielo entre la tarde y la entrada de la noche, busque rápidamente la primera estrella, al verla evoque con tal fuerza su deseó hasta que sienta que lo ha gritado, piense que es todo un hecho. 4 - Recuerde la atención es muy importante, vuelva la mira al cielo de la noche concentre su vista en cada luz que encuentre, una estrella fugaz le espera en ella todo el poder del planeta
Jennys Obando 

Los primeros luceros que vieron mis ojos fueron los ojos de mi Madre, luceros llenos de amor, que ahora descansan en los prados de las galaxias. Unos sueños después, miré las gafas de mi Padre re ejando la silueta del Quijote, los paisajes de la Divina Comedia y las aventuras narradas por la pluma de Julio Verne. Siempre a mi lado estuvo vigilante la mano firme de Alberto Quijano Guerrero que corrigió miles de veces las operaciones aritméticas y la ortografía frágil de mis pequeños escritos. Más tarde, siendo adulto, encontré otros hermosos diamantes en las miradas inocentes de mis hijas, que ansiaban descubrir los secretos de la Vida a través de una lágrima o buscándolos en la cuna repleta de Hadas y Duendes. Miré también los ojos profundos de mi hijo y hallé en ellos la prematura fortaleza que jugaba de vez en cuando con la ternura, y dieron ánimo a mi vida cuando todo parecía estar mal . Esas perlas las llevo incrustadas en el alma y dan calor a mi corazón cuando cae la noche y las estrellas se esconden. Todo empezó un día, en aquel viejo barrio, rodeado por dos calles largas y estrechas, forradas de piedras, que tenían por límite un pequeño rio que devoró muchas veces los balones de futbol y las pelotas de trapo, pelotas de beisbol que rompían la monotonía del lugar hasta altas horas de la noche. La ciencia, la música, el juego y el amor anidaron siempre en los rincones del barrio que el tiempo ha modificado y ahora no tiene nombre, pero persiste aún en mi alma con los mismos faroles y la fragancia de antaño. A veces retorno a esos lugares y miro al mismo pirata que guiaba el barco hacia la Isla de “Nunca Jamás”, y surcaba velozmente el disco blanco inmenso de la Luna Llena que Peter Pan me regaló durante una noche de insomnio en mi niñez, para que ilumine las noches de la edad adulta y me acompañe en los viajes que luego brotarían como múltiples riachuelos de la fuente inmensa del Cosmos. Las primeras nostalgias, las desilusiones profundas....Todas se transformaron en notas de añejas canciones que cobran vida al ritmo del viejo rock o en las melodías de baladas que suben por la Torre Ei el y descansaban luego en los paisajes nevados de Rusia que tienen sabor a danza kasachok. Y la Ciencia apareció de repente, también en la niñez, cuando el tiempo era amplio para poder soñar y jugar. Y la Ciencia se transformó en juego y luego en pasión: mi cuarto se convirtió en laboratorio y los transformadores, motores, bobinas, condensadores, transistores y medidores de todo tipo se adueñaron del lugar. Más allá, ecuaciones esparcidas en arrugadas hojas de papel empezaron también a vivir. Me interesaba trabajar con micro-organismos sometidos a campos magnéticos, calcular el perímetro de la elipse, diseñar cohetes que se escondieran detrás de las nubes, construir transmisores y amplificadores de sonido de gran sensibilidad, diseñar osciladores que reprodujeran sonidos similares a los de las cuerdas de una guitarra, calcular la transmisión de calor a través de cualquier medio y por qué no, convertir el televisor de la casa en un osciloscopio para examinar las ondas y escudriñar sus secretos a pesar de los regaños de mi Padre que veia en ese proyecto el n del viejo televisor. Empecé a leer la Teoría de la Relatividad del gran Einstein, pero estaba muy lejos para entender todavía su lenguaje. Cuando hice estos proyectos no había llegado todavía a la Universidad y los conocimientos los hice Jennys Obando en forma autodidacta. Cualquier revista técnica o libro de ciencia amanecían también en la mesa de noche. Recién estaba aprendiendo el álgebra, la geometría, la física y la química en el bachillerato. Y las ecuaciones me parecían muy complejas hasta que un accidente cambió mi vida y mis capacidades en las matemáticas y en la física se mejoraron notablemente. Llegó el milagro!. Es el año de 1969. El hombre estaba viajando a la Luna. Era maravilloso escuchar por radio o ver en la televisión en blanco y negro los lanzamientos de los cohetes y la llegada de los astronautas a la Vieja Luna. Me imaginé muchas veces caminando por los lugares sacros de Cabo Cañaveral, en medio de cientí cos, astronautas y gigantescos cohetes...Pero faltaba aún cerca de cuarenta años para llegar a esos paisajes. Me gradué en Física y Matemáticas en la Universidad de Nariño y pude entender mejor todo lo que hice en mi adolescencia. Pronto tuve la oportunidad de trabajar en dos Colegios de Pasto, que marcaron positivamente mi vida: El Colegio Nocturno Libertad y el Colegio de La Enseñanza. En el Colegio Nocturno Libertad me hice amigo, con dente y orientador de los estudiantes y una de las alumnas se convirtió en mi esposa. Al año siguiente fui profesor del colegio La Enseñanza de Pasto y allí viví las mejores experiencias docentes de mi vida. Encontré las mejores amigas de mi vida. El tiempo se ha congelado, mis alumnas simplemente descienden de las fotos de los mosaicos colegiales y hablan conmigo en el lenguaje de las rosas. Al poco tiempo ingresé a la Universidad de Nariño como docente de Física por gentileza del Dr. Enrique Caicedo quien fue mi Profesor en Electrotecnia y Electromagnetismo. Luego llegué a ser profesor de tiempo completo en 1983. Realicé varios trabajos de docencia e instrumentación electrónica, pero el Volcán Galeras y el Universo me llamaron pronto: Trabajé en Ingeominas por comisión de la Universidad. Fue una época maravillosa.!! Quise realizar muchas cosas!: Era la época de la propuesta de la medición de temperatura de la incandescencia del cráter empleando la radiación del cuerpo negro; era el tiempo en el que intentamos con el norteamericano Andy Luckard la medición de la velocidad de los gases emanados en el cráter empleando un método similar al usado en el Monte Santa Helena. Llega otra época: En 1995 gané una beca para estudiar el Máster en Física Pura en la Universidad de Puerto Rico. Y....El resto de la historia.. está escrito en las revistas, en los libros y en los informes minuciosos de los Periodistas.. La otra noche me encontré en un sueño con Mark Twain y “tuvimos entonces el cielo allá arriba, todo tachonado de estrellas, y nos tumbarnos en el suelo para mirar hacia arriba y discutir si las hicieron o si acontecieron sin más” o para meditar detenidamente si estamos solos u otros seres de las estrellas se hacen las mismas preguntas. Recientemente encontré al Principito. Estábamos investigando el eclipse producido por la luna de 800 metros que gira alrededor del Asteroide “1998 QE2” de kilómetro y medio de diámetro. El Principito estaba regando agua a una de sus rosas en la super cie de su asteroide que tiene días cortos y las noches se desvanecen también rápidamente. El Principito miro al cielo, se concentró en la luna llena que iluminaba a su asteroide, me miro jamente y con voz seria me dijo: “Cuando mires al cielo por la noche, como yo habitaré en una de ellas, como yo reiré en una de ellas, será para ti, como si rieran todas las estrellas. Tú tendrás estrellas que saben sonreir!” 

Alberto Quijano Vodniza 
Palabras pronunciadas por en la Ceremonia organizada en la Cámara de Comercio de Pasto en la que se le brindó la Máxima Condecoración que otorga el Senado de la República